EQUIPO: POFFETS
Tal vez lo noten o no, pero ciertas leyendas
de productos milagro especifican: “este producto no es un medicamento”, “los
resultados varían de persona a persona”, “millones de personas nos recomiendan”
o “este producto es 100% de origen natural”. Frases que se delatan como
publicidad engañosa, mientras que los propios canales donde se transmiten no
les importa la salud de sus propias audiencias; entonces, ¿Alguien cree que el
Estado haga efectivo el derecho de dotar a las audiencias de información veraz,
plural y oportuna? la respuesta es obvia, el Estado, los anunciantes y los
propios medios de comunicación están acostumbrados a la impunidad publicitaria,
y la Cofepris (Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios) más
que nadie lo sabe.
A
pesar de los esfuerzos sumados por autoridades, sociedad civil y ciudadanos por
procurar y regular la ética publicitaria, hay quienes aprovechan las
ambigüedades en la ley para ofrecer algo que no pueden dar, nos referimos
específicamente a campañas que no cumplen
las normas, transgreden la ética y decepcionan al usuario.
Sin
embargo, ahora las sanciones “altas” estarán de más, pues con la reciente
Reforma en Telecomunicaciones “darle la vuelta a la ley” será más difícil si un
organismo autónomo como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) sea
quien tenga la facultad de otorgar, y también de revocar concesiones evitando
abusos y autorregulaciones.
Aquí una nota sobre este tema: